Nelson Mandela es uno de los
hombres más importantes de nuestra época. La defensa por los derechos y la
libertad de su pueblo lo ha consagrado como uno de los símbolos de la paz en el
mundo. Nació el 18 de julio de 1918 en un pequeño poblado llamado Mvezo,
provincia oriental del Cabo en Sudáfrica. Es abogado de profesión y líder
social. Por su activismo en contra de las medidas de discriminación racial
impuestas por el sistema del Apartheid en Sudáfrica, fue condenado a prisión en
donde pasó 27 largos años.
Durante este tiempo, Mandela
practicó y perfeccionó su ideología sobre el respeto hacia el otro y la
reconciliación, inspirado en Gandhi, lo que le ayudó a sobreponerse a las condiciones de humillación
a las que se sometía a los prisioneros de la isla de Robben. En 1990 Frederik
de Klerk, entonces presidente de la República de Sudáfrica, anunció la
liberación de Mandela ante las medidas de presión que ejerció la comunidad
internacional. Para entonces, el sistema de segregación racial del Apartheid
era insostenible y la desmantelación de todas estas estructuras parecía
inminente. Mandela asumió el reto de guiar a su pueblo hacia una nueva vida
como nación a través del camino de la reconciliación entre blancos y negros. En
1993 recibió el Premio Nobel de la Paz que compartió con De Klerk y en 1994
asumió la presidencia de su país. Al término de su periodo presidencial,
Mandela se retiró de la política dejando para su país un legado de
democratización que ha sido ejemplo para el resto del mundo.
Desde entonces, Mandela se
convirtió en vida en una figura representativa de la paz y en un referente de
autoridad indiscutible sobre la defensa de la libertad y la igualdad. Saludemos
hoy a Madiba en su cumpleaños 95 con un profundo agradecimiento por la insigne
epopeya libertaria que lideró y por las enseñanzas que deja a todas las
generaciones.
Luz de María Muñoz
Casa de la Historia
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