viernes, 8 de febrero de 2013

LOS CARNAVALES: UNA FIESTA DE LIBERACIÓN Y ALEGRÍA



Los carnavales son una fiesta de origen pagano que se llevan a cabo en muchos países del mundo católico durante los días previos al miércoles de ceniza. Aún hoy, estas fiestas representan una catarsis colectiva de liberación en donde prevalece la alegría, la música y el frenesí de la celebración.
En siglos pasados, los días de carnaval eran el único momento del año en que se podía dar rienda suelta a las pasiones y transgredir las normas que imponían las sociedades católicas, que obligaban a los creyentes a guardar estricto recogimiento durante el periodo de cuaresma, so pena de duros castigos. De esta forma, con el miércoles de ceniza iniciaba formalmente el tiempo de oración, penitencia y ayuno.
Estas prácticas se venían realizando en Europa desde tiempo muy antiguo. Entre los griegos y los romanos eran fiestas en honor de  Dionisos (llamado Baco por los romanos) caracterizadas por el consumo de vino y la búsqueda del delirio místico con danzas y música, que ya incluso resultaban escandalosas para los graves patricios romanos. Posteriormente, aun con la cristianización del Imperio, la fiesta de celebración a Baco permaneció fuertemente arraigada entre la gente, de tal forma que ya en la Europa cristiana de la Edad Media, particularmente en Roma y en Venecia, había manifestaciones populares que recordaban singularmente a la antigua celebración dionisiaca y que se realizaban como preparación para el tiempo del Carne-levare o “tiempo sin carne” (la cuaresma), siendo esta  una de las posibles etimologías de la palabra “carnaval”.
Paulatinamente las fiestas preparatorias para el carne-levare se fueron extendiendo hasta convertirse en una celebración tradicional en países como España, Alemania, Italia, Francia y Bélgica. América recibió la fiesta del carnaval por medio de los conquistadores que arribaron en el siglo XVI, en donde se enriqueció con influencias de los pueblos originarios y con las aportaciones de la herencia africana. Como resultado, el Carnaval es también una muestra sincrética del multiculturalismo de nuestro continente, donde las manifestaciones artísticas y culturales germinaron con abundancia. Tal es el caso de Brasil, Colombia, México, Argentina, Bolivia, Perú, Chile, Ecuador, Honduras, Nicaragua, Panamá, Paraguay, República Dominicana y Venezuela, países en donde se llevan a cabo importantes fiestas de carnaval.
Sin duda el de Brasil es de los carnavales más importantes de América Latina y quizá también el más conocido en el mundo gracias a su fastuosidad y a su característica música samba. Colombia sin embargo, no se queda atrás, pues el Carnaval de Barranquilla no sólo es Patrimonio Cultural de la Nación, sino que ya en el año 2003 fue declarado por  la UNESCO como Obra Maestra del Patrimonio Oral e Intangible de la Humanidad. Además, Barranquilla festeja en esta ocasión su Bicentenario, de manera que nos invita a gozar doblemente con su fiesta alegre, diversa y multicolor.
Luz de María Muñoz