Es famosa la frase de Albert
Einstein que afirma que el Universo y la estupidez humana
son infinitos, aunque del primero él no esté tan seguro. Quizá al gran sabio le
faltó añadir que también es infinita la capacidad humana para obrar el mal. Aunque,
viéndolo bien, esa capacidad maléfica sea tal vez la forma más extrema de la
estupidez y la que acarrea las consecuencias más nefastas.
Esta reflexión viene a cuento
frente a las imágenes desgarradoras de esas mujeres víctimas de la atroz
modalidad delictiva de los atentados con ácido, un crimen particularmente
infame que, sin llegar a matar a las personas, les produce dolores inenarrables
y les deja deformaciones monstruosas en el rostro y demás segmentos corporales afectados,
lesiones que son más o menos irreversibles según el poder y la concentración de
las sustancias utilizadas por los agresores.
A ese dolor se suma el desamparo
legal en el que queda la mayoría de las víctimas, en general mujeres de escasos
recursos que deben enfrentarse, como si fuera poco, a los vericuetos kafkianos de
una legislación nacional que lleva la impronta de siglos de un machismo cerrero
y que en pleno siglo XXI apenas si da muestras de estar evolucionando hacia
instancias más humanistas, gracias en
buena parte a la acción de movimientos feministas tenaces, empeñados en que se
haga realidad una justicia que nos abarque a todos y a todas. Uno de estos grupos es la Corporación CIJUSTICIA,
colectivo de mujeres abogadas que promueve la plena vigencia en Colombia del
Derecho de Género, dedicándose a defender a las víctimas de los maltratos y de la
violencia sexista y a impulsar los avances jurídicos del conjunto de la
población femenina.
Esa violencia de género, sumada a
ciertos hábitos inveterados de maltrato infantil en nuestra sociedad, son
factores que van en contravía de las posibilidades de arraigo de la paz y deberían
ser tenidos en cuenta por los negociadores de las facciones enfrentadas, así
estén al margen de las clasificaciones políticas convencionales. Por
iniciativas así es que propende CIJUSTICIA.
Una feliz coincidencia permite
que la presente exposición de dibujos en apoyo a las labores de CIJUSTICIA
tenga como escenario la CASA DE LA HISTORIA DIANA URIBE institución que – dicho
sea de paso – cuenta con otras dos colaboradoras del mismo nombre, conformando la mayor concentración de DIANAS bajo un mismo
techo en muchos kilómetros a la redonda, lo que redunda en mayor honor y gloria
de la diosa cazadora, quien en las mitologías romana y griega (en la que se llama Artemisa) es a la vez una
deidad protectora de la naturaleza y una olímpica auspiciadora de partos
exitosos.
JUAN MANUEL
LUGO
Octubre de 2012
Esta exposición permanecerá abierta al público hasta el 31 de octubre.