El 30 de enero de 1948, al
atardecer de un día esplendoroso y cuando se dirigía al rezo vespertino,
Mahatma Gandhi fue asesinado por un radical hindú. Tenía 78 años y toda una
vida de servicio en búsqueda de la paz de la India. Gandhi es una de las figuras
más significativas del siglo XX ya que lideró espiritual e ideológicamente la resistencia de su pueblo en contra de la
colonización británica. Uno de los más importantes acontecimientos que tuvieron
lugar dentro de su resistencia no-violenta en contra del gobierno colonial, fue
la Marcha de la Sal, realizada en 1930 y que movilizó a miles de seguidores que
caminaron hasta el mar para recoger la sal cuyo monopolio mantenía el gobierno.
Gandhi fue encarcelado entonces y no sería la última vez, pero a raíz del
impacto que tuvo este acto de
desobediencia civil multitudinaria, la India caminaba hacia su
independencia.
El Mahatma (alma grande)
prosiguió su labor entre ayunos, rezos y manifestaciones hasta el último de sus
días, dejándonos el mensaje que ha trascendido el tiempo y las fronteras y que
nos invita siempre a no olvidar que hoy, como hace 65 años, “no hay caminos
para la paz, la paz es el camino”.
1930: MAHATMA GANDHI LIDERA LA MARCHA DE LA SAL
El 12 de marzo de 1930 el líder
indio Mahatma Gandhi salió del ashram de Ahmedabad, en el occidente de la
India, para iniciar junto con sus seguidores el recorrido de más de 300
kilómetros hacia el Océano Índico, conocido como La Marcha de la Sal. Esto
ocurrió en el marco de las acciones programadas dentro del movimiento de
desobediencia civil, resistencia y no-violencia contra el régimen colonial
británico, que tenían como objetivo el de lograr la independencia de la India.
En aquel momento, la producción y
comercio de la sal era un monopolio controlado por las autoridades británicas.
Era un condimento fundamental para la población india, ya que se utilizada no
sólo para sazonar alimentos, sino para conservarlos, pues no contaban con
sistemas de refrigeración. Por este motivo, Gandhi decidió impulsar el boicot social
al monopolio de la sal como respuesta a las infructuosas gestiones políticas
para que los indios tuvieran mayor representación en la Commonwealth británica,
como la tenían Canadá o Australia.
Pero el rasgo fundamental que
diferenciaba a esta campaña de desobediencia civil era la resistencia por
métodos pacíficos como forma de presión política. Así, con la Marcha de la Sal
comenzó oficialmente el movimiento para lograr la independencia de la India.
Poco antes de arrancar la marcha, Gandhi pronunció un discurso en donde
instruyó a sus seguidores sobre las diversas formas en las que se podía
infringir la ley sobre la sal y sabotear así el control gubernamental.
Posteriormente, al llegar a las orillas del Océano Índico el 6 de abril de 1930
y en un acto simbólico, Gandhi tomó agua salada entre sus manos. Con este acto
infringía la ley británica que condenaba incluso el hecho de llevar sal marina.
El gesto del Mahatma fue imitado por miles y miles de indios, que no pudieron
ser contenidos por las fuerzas del gobierno. Gandhi fue arrestado y pasó nueve
meses en prisión como consecuencia de la marcha, pero nada pudo evitar la
extensión de la desobediencia. Presionadas, las autoridades se vieron obligadas
a derogar el monopolio.
En 1931, Gandhi viajó a Londres donde
fue recibido triunfalmente. El camino para lograr la independencia estaba
hecho, pero el proceso fue suspendido por causa de la Segunda Guerra Mundial,
hasta concretarse finalmente en 1947.