Al conmemorar el 12º aniversario
de los atentados terroristas del 11 de Septiembre de 2001, cuando dos aviones
impactaron en las Torres Gemelas del World Trade Center de Nueva York, se
conmemora también el inicio de un nuevo orden mundial, basado en la lucha
contra el terrorismo. Incluso, algunos analistas han coincidido en afirmar que
con este acontecimiento se inició realmente el siglo XXI.
En cuanto al plano internacional,
graves consecuencias derivaron de este trágico episodio. Una de ellas fue la paranoia
internacional desatada con respecto al miedo de sufrir un ataque del mismo
tipo, que ha llevado a varias naciones, principalmente Estados Unidos, a
radicalizar sus medidas de seguridad. Por otra parte, el Islam y sus creyentes
han sido desde entonces estigmatizados y perseguidos, sin que la muerte de
Osama Bin Laden, presunto autor y responsable de los atentados, haya podido
detener la cruzada emprendida por Estados Unidos para conjurar la gigantesca ofensa
que, valga decir, tampoco logró satisfacción con la invasión a Irak, en donde
se aseguraba que había armas químicas, pero cuya existencia nunca se pudo
comprobar.
Doce años después el balance
sigue siendo negativo. Para Estados Unidos resultó sumamente caro incursionar
en conflictos en Medio Oriente y hoy, ad
portas de una nueva conflagración en tierra árabe, ni la sociedad
estadounidense ni su presidente están convencidos de las ventajas que pueda
tener para Estados Unidos un ataque a Siria, considerando los altos costos
económicos y políticos que han tenido que pagar anteriormente, mientras que
para el resto del mundo, las consecuencias del 11 de Septiembre representan un
grave retroceso en el camino del respeto a los Derechos Humanos, la tolerancia
y la igualdad, en tanto que a partir de ese instante se ha dado en muchos
países un incremento en las prácticas xenófobas y de rechazo hacia quienes
profesan distintas religiones.
La salida a esta situación
todavía no es clara. Hay un mapa político que aún se mueve y reacciona a la
onda expansiva del derrumbe de esas dos torres, cuya imagen no podemos olvidar.
La herida de Nueva York todavía no ha sanado y hoy Estados Unidos recordó con
un minuto de silencio a sus víctimas, mientras que en el resto del mundo esperamos
una salida pronta y diplomática al conflicto sirio y hacemos votos por el fin
de la violencia y el sufrimiento para dicho país.
Luz de María Muñoz